Kodak: la historia de una marca que capturó más que imágenes
¿Qué tiene Kodak que todos la recordamos?
¿Te suena esa frase de “un momento Kodak”? Pues no eras el único. Durante décadas, Kodak no solo fue una marca, fue parte de nuestras vidas. Las vacaciones, los cumpleaños, el primer diente del bebé… todo quedaba registrado gracias a esas cámaras amarillas y negras que parecían invencibles.
Pero, ¿qué pasó con Kodak? ¿Cómo pasó de liderar la industria de la fotografía a convertirse en un símbolo de oportunidad perdida?
Un viaje al pasado: el nacimiento de Kodak
George Eastman, el visionario con carrete
La historia comienza en 1888, cuando George Eastman lanza la primera cámara Kodak con un lema revolucionario:
“Usted aprieta el botón, nosotros hacemos el resto”.
Sí, en serio. Kodak no solo vendía cámaras: vendía la facilidad de capturar recuerdos, en una época en la que la fotografía era cosa de profesionales con bata blanca.
¿Por qué se llamó Kodak?
Una curiosidad: Eastman inventó la palabra Kodak porque le gustaban las letras fuertes, fáciles de pronunciar en cualquier idioma, y porque no significaba nada… todavía.
Kodak y su reinado fotográfico
Durante el siglo XX, Kodak era el rey absoluto. Sus cámaras estaban en todos los hogares, sus rollos eran indispensables, y su negocio iba viento en popa. Dominaban tanto que, en los años 70, tenían el 90 % del mercado de películas fotográficas en EE.UU.
Las cámaras desechables: un invento brillante
¿Recuerdas esas cámaras que usábamos en los viajes y luego dejábamos en la farmacia para revelar? Gracias, Kodak. Las cámaras desechables eran una solución práctica, barata y divertida. Un Tinder fotográfico: rápido, emocionante y a veces borroso.
Los “momentos Kodak” se vuelven parte de la cultura
Kodak no solo era una empresa. Era una emoción. En anuncios, películas y conversaciones, la expresión "momento Kodak" se volvió sinónimo de algo que vale la pena recordar. Algo tan tierno, gracioso o único que necesitaba ser inmortalizado.
El gran giro: cuando Kodak lo tuvo todo... y lo dejó pasar
¿Sabías que Kodak inventó la fotografía digital?
Aquí viene la parte trágica de esta historia. En 1975, un ingeniero de Kodak, Steve Sasson, inventó la primera cámara digital. ¡BOOM! Una revolución que lo cambiaría todo.
¿Y qué hizo Kodak? Lo guardó en un cajón.
Temían que la fotografía digital canibalizara su principal fuente de ingresos: los rollos de película.
Cuando no ver el futuro cuesta caro
Mientras otras marcas como Canon, Sony y Nikon apostaban por la digitalización, Kodak seguía creyendo que los rollos nunca pasarían de moda. Pero, sorpresa… pasaron. Y cuando Kodak quiso reaccionar, el tren ya iba 200 km/h.
Kodak entra en crisis (y toca fondo)
A principios de los 2000, Kodak intentó adaptarse, pero ya era tarde. Aunque lanzó cámaras digitales, no lograba despegar. En 2012, se declaró en bancarrota. Sí, la misma empresa que nos enseñó a capturar recuerdos, estaba al borde del olvido.
¿Qué hizo Kodak después de caer?
Reinventarse o morir
Afortunadamente, Kodak no se rindió. Después de reestructurarse, volvió con nuevos productos y una nueva visión. Hoy, la empresa trabaja en áreas como la impresión comercial, el cine y hasta la biotecnología.
Kodak y el cine: un romance que sigue vivo
A pesar de todo, Kodak sigue siendo esencial en la industria del cine. Muchos directores de renombre, como Quentin Tarantino o Christopher Nolan, prefieren filmar en película Kodak. Dicen que tiene una textura única, que la imagen "respira".
Kodak en la era del Instagram y TikTok
¿Hay espacio para lo analógico hoy?
En plena era digital, lo analógico volvió a ponerse de moda. Los vinilos, las Polaroid, las cámaras de rollo… Todo lo vintage tiene su encanto. Y Kodak lo sabe. Por eso lanzó nuevas cámaras analógicas y rollos de película para nostálgicos, hipsters y fotógrafos de alma.
Kodak Smile, cámaras instantáneas para la Gen Z
Kodak también apostó por la nostalgia combinada con la tecnología. Con sus cámaras como la Kodak Smile o la Printomatic, podés sacar una foto y tenerla impresa en segundos. Algo así como una Polaroid moderna, pero con el toque amarillo de siempre.
El logo amarillo que no muere
Aunque no sea la súper potencia que fue, el logo de Kodak sigue presente. Y eso tiene mérito. Es como ese amigo de la infancia que, aunque ya no vemos tanto, nos sigue sacando una sonrisa cuando lo encontramos.