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Conquest scents
Conquista: Expansión del Regimiento de Caballeros de la Casa Real de los Cien Reinos
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El tiempo, el esfuerzo y el dinero necesarios para entrenar a un caballero son asombrosos. El entrenamiento comienza a los siete años, cuando el joven aspirante es entrenado como paje. Alrededor de los catorce años, se centran en el entrenamiento con armas y equitación, y se espera que el Escudero siga a su maestro en la batalla si es necesario. A los veintiún años, se espera que un candidato potencial haya impresionado lo suficiente a su maestro como para ganar su recomendación. Tras las amplias reformas de Charles Armatellum al inicio de sus conquistas, la ceremonia de la investidura solo puede ser realizada por un noble imperial de al menos el rango de Marqués o Conde Palatino. Además, la investidura solo puede tener lugar después de una batalla en la que el aspirante a caballero haya ensangentado su espada. Estos mandatos se establecieron para garantizar que solo los hombres de verdadera destreza alcanzaran el rango de Caballero. Incluso con el Imperio disuelto, estos mandatos son tradiciones bien conservadas y aquellos que los ignoran se enfrentan al ridículo. De hecho, un artículo recurrente presentado en los Concilio Imperiales es el nombramiento de Condes Palatinos, para reemplazar a aquellos que puedan haber caído en batalla o muerto de vejez. Como resultado de estos esfuerzos, el Caballero de la Casa Real perdura como un pilar de la estructura social de los Cien Reinos. Si bien la tierra y la moneda han ganado una tremenda importancia para determinar el poder de las casas nobles, permitiéndoles asegurar los servicios de mercenarios y hombres de armas, estos no pueden igualar la supremacía y el prestigio en el campo de batalla que ofrecen los Caballeros de la Casa Real. El ataque masivo de los Caballeros de la Casa Real es una de las armas más poderosas a disposición de un comandante de los Cien Reinos. Centenas de libras de metal y músculo obstinado, forjados a través de años de entrenamiento y experiencia, han hecho añicos hombres, formaciones y reinos a lo largo de los siglos.
